Olegario González Prado escribe de amor profundo en los versos -con rimas o sin ellas- de este segundo poemario, ‘El mensaje en la Poesía 2’, que muy bien pudiera titularse ‘la pasión en la poesía’.
Desde la dedicatoria, Olegario nos habla de amor: “…al azar sin pretenderlo /de un deber en la familia /que intenté y no pude hacerlo’… Y se retrotrae en estos versos a su primer libro ‘La Ventana del Rey’ – que también prologué- donde cuenta su vida de adolescencia ausente y una búsqueda en la que escondió mucho amor.
Ya en esta segunda entrega de poemas, descubre claramente que ser poeta, es ser también el pintor que plasma en el lienzo inmaculado de la imaginación las emociones que te arañan el corazón y que, en este poemario, fluyen como un volcán de amor a la naturaleza, a la familia, a los sentimientos dormidos, a la vida y a la muerte transformada en otra vida…. En el ‘mensaje en la poesía 2’, Olegario nos regala – salpicados en las páginas- sus sapiencias en ‘frases para pensar’; estrofas inquietantes que, como el sicólogo de cabecera, curan las sensaciones de un alma herida….”el día que consigamos poner precio justo a una vida… ¡a nadie le interesará especular con la muerte!…”. Frases llenas de coherencia que brotan espontaneas de experiencias vitales del poeta…
Olegario González Prado se examina como hombre en estos poemas; desnuda su corazón hambriento, después de tanto tiempo escondiendo estos versos que ahora, afortunadamente, están viendo la luz. Versos cadenciosos, simples y llenos de ternura como los que dedica a la Luna…” Que no te moleste nadie…”; versos de rima libre, desbordada en recuerdos de niño…” Solo durmiendo en la era, consigues convencerte que eres un simple grano de trigo en la parva a la luz del firmamento”. Versos familiares dedicados a sus más íntimos amores…”… No es música/ es sentimiento/ es amor/ es vocación / son notas del corazón…”
La línea argumental de amor se mantiene en toda la obra que ahora nos ofrece Olegario con poemas muy bien resueltos…”háblame con tu mirada/ porque una vida apagada/ ya no es nada/ ya no es vida/ ¡solo una mecha acabada!...
Olegario profundiza – “Quise transformarme en Zahorí de corrientes ocultas- y rebusca las palabras cuando se enfrenta a temas como el futuro del mundo, el más allá de la muerte, la sinrazón de la vida; un estallido de reivindicación del poeta ante una sociedad que, a veces, no le gusta. “.¡Unos que te venden/ otros que te compran!…
Poesía de reivindicación social, que habla de solidaridad en el que titula ‘Miseria Infantil’…”falso reparto egoísta /cuando cerraron los sobres/ ¿Quién escribiría la lista? / ¿de clases ricos y pobres?
Locura total en el alma del poeta que le lleva a gritar contra el desprecio que, a veces, los humanos mostramos ante el planeta tierra.. ”Algo falla cuando en nuestro universo cotidiano/ truena sin tormenta/ o llueve sin nublados…”
En sus versos tal vez más inspirados – ‘el silencio roto’– vuelve al corazón del ser humano revolviéndose en sí mismo y hacia su juventud atormentada: “Es imposible reír a carcajadas en silencio/ pero es frecuente, demasiado frecuente/ver llorar en silencio…” Dice Olegario.
En este libro de poemas el autor se muestra tal cual es… soñador, abuelo adorable, padre y esposo entregado, hombre de mundo, poeta que pinta y muestra su mirada a los vivos y a los que ya no están, “Sin tu presencia/ Sin ti ya nada es igual/ el campo no huele a campo/ ni el trigo huele a trigal…
Un libro de culto que debe permanecer siempre cerca, para relamernos con el almíbar que desprenden sus versos o enfrentarnos a la acidez de la vida misma.
Un libro que contiene pensamientos memorables, sutiles, ingeniosos, perversos a veces, pero que nos van a hacer pensar y que son un alivio para el alma del lector.
No va a ser el último libro de poemas que entregue Olegario y, seguramente, ya estará enfrascado en el tercero de la serie… y habrá más, porque mucho es el fuego que todavía queda ardiendo en el alma de este poeta, tardío en la inspiración ya que otras cosas, en su juventud, lo distrajeron. Pero ahora que nada le distrae y todo le asombra y todo le llama la atención, nos irá facilitando dosis de ternura poética en cada verso que imagine en su cabeza bien amueblada. Yo animo a Olegario a que exprima su alma de poeta hasta que gotee en el vaso de mi vida el último verso de la suya.
Tomo prestados, para acabar, los que aparecen en ‘Cuaderno de Fuego’ de José Ángel Losada Gahete – premio de poesía García de la Huerta – para entregarme en cuerpo y alma, como amigo y como escritor de historias- porque yo no soy poeta- a la inspiración de Olegario… “Permanecer quisiera/ En las cunetas de tu corazón/ Y ser pasto seco/ En la candela de tu vida”.
Lucio Poves Verde
Escritor y Periodista